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Tali Goldman

Concreto Editorial

120 páginas


Texto de contratapa de Martín Kohan


¿Cuál es la distancia de esta Larga distancia? Es una que interfiere en en núcleo mismo de los afectos y de los vínculos: una pareja, una familia, una colectividad. En aquello que los separa a la vez que los mantiene unidos. En aquello que los aleja, precisamente porque se sienten cerca. Pero en la escritura de Tali Goldman, en su tono y en su destreza, hay algo más; es ese aire de humor, que se percibe incluso, o sobre todo, cuando hay desdicha, cuando hay dolor. Ciera forma del humor, ¿y qué otra cosa, si no eso, suscita una forma de colectividad? ¿Qué otra cosa, mejor que eso, define “la” colectividad? ¿Que otra cosa, mejor que eso, define “la” colectividad?


A veces se escribe Dios, a veces se escribe dios, a veces se escribe Di*s. En estos cuentos aparecen las tres variantes: la de ma mayúscula, la de la minúscula, la de lo inescribible. Porque a veces hay una ley que se impone, reglas atávicas que hay que cumplir. Pero también, y al mismo tiempo, la evidencia de que las vidas transcurren a partir de las desobediencias, de salirse o de transgredir. Y a todo eso subyace, con una sutileza admirable, lo que no se dice o no puede decirse, un sustrato de silencio, de secretos o de olvidos. La mejor literatura sabe siempre situarse ahí.


Texto de contratapa de Federico Falco


Los cuentos de Tali Goldman están hechos de llamadas telefónicas, mails enviados desde casillas ajenas, charlas que tratan de acortar la distancia, pero solo logran subrayarla, pepinos susurrados en secreto y tortas de naranja que pasan de mano en mano y terminan volviéndose la piedra basal de su vida.


Son cuentos llenos de humor y picardía, cuentos que se permiten, de tanto en tanto, ser un poco irónicos y que, definitivamente, no le temen a la ternura y a la melancolía. No es fácil sacarle filo a la púa límpida con la que estos cuentos pinchan al mismo tiempo que arrancan una sonrisa: Tali lo logra con total maestría.

Larga distancia - Tali Goldman

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Tali Goldman

Concreto Editorial

120 páginas


Texto de contratapa de Martín Kohan


¿Cuál es la distancia de esta Larga distancia? Es una que interfiere en en núcleo mismo de los afectos y de los vínculos: una pareja, una familia, una colectividad. En aquello que los separa a la vez que los mantiene unidos. En aquello que los aleja, precisamente porque se sienten cerca. Pero en la escritura de Tali Goldman, en su tono y en su destreza, hay algo más; es ese aire de humor, que se percibe incluso, o sobre todo, cuando hay desdicha, cuando hay dolor. Ciera forma del humor, ¿y qué otra cosa, si no eso, suscita una forma de colectividad? ¿Qué otra cosa, mejor que eso, define “la” colectividad? ¿Que otra cosa, mejor que eso, define “la” colectividad?


A veces se escribe Dios, a veces se escribe dios, a veces se escribe Di*s. En estos cuentos aparecen las tres variantes: la de ma mayúscula, la de la minúscula, la de lo inescribible. Porque a veces hay una ley que se impone, reglas atávicas que hay que cumplir. Pero también, y al mismo tiempo, la evidencia de que las vidas transcurren a partir de las desobediencias, de salirse o de transgredir. Y a todo eso subyace, con una sutileza admirable, lo que no se dice o no puede decirse, un sustrato de silencio, de secretos o de olvidos. La mejor literatura sabe siempre situarse ahí.


Texto de contratapa de Federico Falco


Los cuentos de Tali Goldman están hechos de llamadas telefónicas, mails enviados desde casillas ajenas, charlas que tratan de acortar la distancia, pero solo logran subrayarla, pepinos susurrados en secreto y tortas de naranja que pasan de mano en mano y terminan volviéndose la piedra basal de su vida.


Son cuentos llenos de humor y picardía, cuentos que se permiten, de tanto en tanto, ser un poco irónicos y que, definitivamente, no le temen a la ternura y a la melancolía. No es fácil sacarle filo a la púa límpida con la que estos cuentos pinchan al mismo tiempo que arrancan una sonrisa: Tali lo logra con total maestría.

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